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Blog Naturista

¿Dolor que no es normal? Así puede manifestarse la endometriosis

Seguramente has escuchado la palabra “endometriosis” alguna vez, pero a veces lo que no nos cuentan es todo lo que implica vivir con ella.

No es solo “un dolorcito de regla” ni “un poco de molestia”. Es una condición que puede cambiarte el día, el mes y hasta la manera en la que te conectas contigo misma.

La endometriosis es una afección donde un tejido parecido al que recubre el interior del útero empieza a crecer fuera de donde debería. Y claro, cada mes ese tejido se comporta como si estuviera en su lugar: se inflama, sangra… pero sin poder salir del cuerpo.

Eso genera dolor, hinchazón, cicatrices internas y en muchos casos, problemas para quedar embarazada.

No es raro que afecte los ovarios, las trompas de Falopio o la zona de la pelvis. Y aunque no siempre se va más allá de esa zona, vivir con endometriosis es vivir acompañada de un cuerpo que te habla todo el tiempo.

¿Cómo se siente realmente la endometriosis?

El dolor es el gran protagonista. Un dolor que no se compara al típico cólico menstrual. Es un dolor que puede aparecer antes, durante y después de la menstruación. Y a veces también cuando tienes relaciones, cuando vas al baño o simplemente cuando intentas vivir tu día como siempre.

Y no solo hablamos de dolor físico. También puede haber:

  • Cansancio extremo
  • Problemas digestivos (diarrea, estreñimiento, hinchazón)
  • Reglas abundantes o sangrados fuera de fecha
  • Y en muchos casos, esa frustración silenciosa que nace cuando el cuerpo no responde como esperamos.

Hay mujeres que tienen endometriosis y apenas sienten molestias. Otras, con pocos focos de tejido fuera de lugar, sufren dolores muy intensos. No hay una regla fija. Cada cuerpo cuenta su propia historia.

¿Qué causa la endometriosis? Todavía hay más preguntas que respuestas

Hasta hoy, no existe una única causa confirmada.

Se barajan varias teorías, como la menstruación retrógrada (cuando la sangre menstrual fluye hacia atrás en vez de salir), cambios en células embrionarias, problemas en el sistema inmunológico que no reconoce el tejido fuera de lugar, o incluso que las células endometriales viajen por la sangre o el sistema linfático a otras zonas del cuerpo.

¿Conclusión? No hay una única explicación, pero sí sabemos que entender tu cuerpo, atender a los síntomas y buscar apoyo temprano puede marcar una gran diferencia.

Factores de riesgo: ¿puede afectarme a mí?

La endometriosis puede aparecer en cualquier mujer en edad fértil, pero hay ciertos factores que aumentan la probabilidad:

  • Haber empezado a menstruar muy joven
  • Tener reglas muy abundantes o muy dolorosas
  • Tener ciclos menstruales cortos (menos de 27 días)
  • No haber tenido hijos
  • Tener familiares directas que también lo hayan vivido
  • Tener un índice bajo de masa corporal
  • Haber tenido cirugías abdominales

Y aunque puede mejorar temporalmente durante el embarazo o disminuir después de la menopausia, la endometriosis necesita ser escuchada desde el principio. No hay que esperar a que “se pase sola”.

¿Y qué pasa si no se trata?

El mayor riesgo es la fertilidad. Hasta la mitad de las mujeres con endometriosis tienen dificultades para quedar embarazadas.

¿La razón? El tejido fuera de lugar puede bloquear las trompas o alterar el ambiente donde óvulo y espermatozoide deberían encontrarse.

Además, vivir con dolor crónico puede afectar tu calidad de vida emocional, tu relación contigo misma y con los demás.

En casos muy poco frecuentes, algunas formas de endometriosis pueden aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de ovario. Aunque hay que aclararlo: el riesgo general sigue siendo bajo.

¿Cuándo deberías consultar?

La respuesta es sencilla: cuando algo en tu cuerpo no se siente bien, merece ser atendido.

Si los cólicos te incapacitan, si sientes dolor al tener relaciones, si hay sangrados extraños, si tu digestión cambia con tu ciclo, o simplemente si intuyes que algo no está funcionando como debería, habla con un profesional.

Mientras más temprano se detecte, más herramientas tendrás para manejarlo.

No estás exagerando. No es “normal” sufrir todos los meses. Tu dolor es válido. Tu historia merece ser escuchada.

Entender la endometriosis es empezar a reconectar con tu cuerpo

Vivir con endometriosis puede ser duro, sí. Pero también puede ser un llamado de tu cuerpo para que empieces a acompañarlo de otra manera.

No se trata de resignarte. Se trata de informarte, buscar apoyo, moverte hacia un cuidado más amoroso, paciente y constante.

Con amor,

Pamela Bernal, NL

La Naturista.

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